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HOY



Hoy es el ahora de un nuevo
punto de partida, el arranque
exacto de cualquiera de los peones
estratégicos que se la juegan a pelo
sobre el tablero blanco y negro de la vida.

Un aparente peso pluma capaz de originar
el más peligroso de los maremotos,
en caída libre, hoy, contra todo,
hacia todo, por todo, a la espera del pistoletazo
de salida mientras la melodía que tocan
los gatos de la madrugada presagian
que no hay corazón roto que no posea un par
de zapatos nuevos para emprender de nuevo
el camino hacia una nueva aventura.

Hoy, ligero de equipaje, sin miradas de reojo
hacia un atrás que ya es ayer en el tiempo,
con la mochila tan sólo repleta de hambre
de versos en bares y vida de la que se ha de beber
por botellas, sin remilgos,
para no quedar escasa en unos labios sedientos
de ese hoy que se ha de vivir hoy,
porque, si se titubea,
el escaparate de las estatuas
de sal se pondrá al día en una gran oferta de tres por dos
en un gran día sin impuesto sobre el valor añadido.

Hoy, y a tu lado si es posible, que el asfalto,
de tu mano, quedará lejos de las balas de plata
que dispara el diablo para disipar cualquier
duda sobre su reinado. Hoy, tú, yo, el destino…
y nuestros aullidos hacia nuestra mejor versión
de nosotros mismos, con nuestros corazones
latiendo al ritmo trepidante del hoy.

(c) Isidro R. Ayestarán, MMXIX
Tango Crepuscular
(sobre asfalto ataviado con caperuza de verdugo)