Acuérdate de aquellas noches de poemas y
estrellas,
en la que el recitar al corazón era nuestra
fórmula mágica,
y donde la música increscendo era la señal de alarmade fuego en nuestro juego de pasión.
Rasguea en la guitarra de nuestra historia de
amor
la melodía que llevaba nuestro nombre,en un título apasionado por musas y cupido,
musitado a lo más hondo de tu corazón.
Rememora en esta noche triste lo que fuimos
y lo que nos perderemos al no conjugar el
tiempo futuro,y evoca el suspiro tras tus ojos cerrados,
tu boca dibujando una sonrisa de placer,
el hospedaje a pensión completa de tu cuerpo
y las mejores vistas de tu mirada…
En esta noche triste, donde los ángeles
me acercan al país donde habitas,lejos de este poeta solitario y abandonado.
(c) Isidro R. Ayestarán - Trovador de madrugada