No me cuestiono el verte como una meta
que deba lograr, como un triunfo en la
cúspide de la noche solitaria, como la
joya en forma de mujer que deba robar.
Sois mis muñecas de cristal, aquéllas
que buscan un sentimiento de verdad en su vida,
pero no sobre una cama deshilachada,
sino en lo profundo de un latido de corazón.
Sois mis muñecas de cristal, aquéllas
que al tenderme la mano sincera,
no dudan de la intención de este poeta solitario,
"Principe de los bohemios" me llaman,
un vagabundo que sólo sabe hablar de amor.
El hilvanador de versos incompletos que
se aferra a la soledad de las estrellas,
que os siente a su lado, que se funde en un
mismo cuerpo en forma de poema.
Mis muñequitas de cristal,
frágiles como las miradas de las enamoradas
que saben que todo está a punto de acabar,
de esas estatuas fabricadas a golpe de lágrimas
en el momento justo y honesto en el que
la belleza alcanza el clímax entre
la eternidad y un beso.
Mi motivo de inspiración...
Mi motivo de existir...
Mi motor, en este cansado corazón.
No os vayáis nunca de mi lado,
mis latidos sinceros,
mis amadas muñecas.
(c) ISIDRO R. AYESTARAN, 2009
fotografía original de Jean Jacques André
poema adaptado de una vieja canción que compuse hace años,
para mi nuevo espectáculo de teatro y poesía MUÑECAS DE CRISTAL