EL CABARET DEL VERSO
ISIDRO R. AYESTARÁN

(c) 2008 - 2020

Abandonado en la puerta de un camerino en un destartalado cabaret, fue educado por siete cómicos de la legua en las más variadas artes escénicas entre libretos teatrales, plumas de vedette, pelucas, tacones de aguja, luces de neón, cuplés, coplas, boleros, marionetas, carromatos, asfalto y un sinfín de desventuras que acabaron por convertirlo en un pseudo-escritor de relatos y poemas que recita por escenarios de más que dudosa reputación junto a los espíritus de Marlene Dietrich, Bette Davis y Sara Montiel, quienes lo acompañan desde niño en sus constantes viajes a ninguna parte.

Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita del titular del "Copyright", bajo las sanciones establecidas en la Ley de Propiedad Intelectual, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático.

arranca en MADRID la gira promoción de DE CUANDO QUISE ACARICIAR EL CIELO CON MIS PROPIAS MANOS





DE CUANDO QUISE ACARICIAR EL CIELO CON MIS PROPIAS MANOS, el nuevo trabajo literario del autor y rapsoda santanderino ISIDRO R. AYESTARÁN arranca su gira promoción en Madrid con una serie de recitales teatralizados en:
Enclave de Libros - 7 octubre - 19.30 horas
La Inquilina - 8 octubre - 20.00 horas
La esquina del zorro - 9 octubre - 20.30 horas.
Además, también se podrá encontrar a la venta en Atticus-Finch y en Traficantes de Sueños
Editada bajo el sello Émepe de la editorial MundoPalabras, este nuevo título del artista y escritor santanderino contiene claras influencias del cine neorrealista realizado en los años 40 y 50, cuyas imágenes y bandas sonoras han inspirado los poemas que pueblan esta obra esculpida en un tiempo de desencanto y crisis económica y política, escrita a caballo entre Santander y Madrid, por sus calles, sus plazas, sus cafés, sus locales de madrugada, con el papel y el bolígrafo siempre a punto para hilvanar esta colección de versos que evocan aquellos tiempos felices que canturreaban nuestras madres en sus viejas nanas antes de irnos a dormir y que, contra todo pronóstico, se han transformado en terribles pesadillas cotidianas nada más despertar, entonadas en este propósito de acariciar el cielo de entonces a golpe de tecla, a golpe de verso…
“como si la vida sólo dependiera de un poema… aunque nunca tuviera premio”.