EL CABARET DEL VERSO
ISIDRO R. AYESTARÁN

(c) 2008 - 2020

Abandonado en la puerta de un camerino en un destartalado cabaret, fue educado por siete cómicos de la legua en las más variadas artes escénicas entre libretos teatrales, plumas de vedette, pelucas, tacones de aguja, luces de neón, cuplés, coplas, boleros, marionetas, carromatos, asfalto y un sinfín de desventuras que acabaron por convertirlo en un pseudo-escritor de relatos y poemas que recita por escenarios de más que dudosa reputación junto a los espíritus de Marlene Dietrich, Bette Davis y Sara Montiel, quienes lo acompañan desde niño en sus constantes viajes a ninguna parte.

Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita del titular del "Copyright", bajo las sanciones establecidas en la Ley de Propiedad Intelectual, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático.

DE CUANDO QUISE ACARICIAR EL CIELO CON MIS PROPIAS MANOS

DE CUANDO QUISE ACARICIAR EL CIELO CON MIS PROPIAS MANOS
un tren de versos, momentos, nostalgias y quimeras.

De venta en:
Santander: Más que libros, La librería del Puerto y Gil
Torrelavega: librería DLibros
Santoña: librería N. Áncora
Valladolid: librería Eutopía
Madrid: Atticus-Finch, Traficantes de Sueños, La esquina del Zoro y C.S.La Brecha
Gijón: La Revoltosa
Barcelona: Barra/Llibre


¿Quién más se apunta?
Nos vemos en la próxima estación.
FELIZ 2016

ACARICIAR EL CIELO (a tu lado)



Hemos caminado

a lo largo del asfalto llamado vida,

en un continuo regalo de miradas

envueltas en papel de cariño y lazada de afecto

que eran la banda sonora de nuestro tiempo juntos,

pero hoy, a través del escaparate del hasta luego,

me atormenta el abismo que dista hasta la otra orilla

desde donde me sigues guiñando el ojo,

donde aún me abroncas en silencio por mis excesos,

donde me pintas tu sonrisa y tus “te quiero”,

desde ese lugar donde ahora habitas

y del que yo me encuentro tan lejos.



Hemos visto tantas cosas juntos,

la de cosas que habremos visto,

sentados al borde del precipicio,

tentados a saltar en busca de grandes emociones,

sonriendo hacia el vacío más lejano

porque no había finito suficiente para los dos,

para nuestras ansias de vivirlo todo, juntos,

a lo largo de este abrazo eterno, fundidos tu y yo.



Pero yo ahora, tan lejos,

echándote de menos,

con la certeza que me da el saber

que si alguna vez acaricié el cielo

lo hice estando a tu lado,

teniéndote cerca,

cogidos los dos de la mano…



Por lo que nado hacia ti,

hacia esa orilla donde habitas,

ya ves, porque sé que a tu lado

no se me olvidará sonreír,



porque es a tu lado, solo a tu lado,

en nuestro rinconcito de nubes,

cuando de nuevo, tú y yo,

volveremos a la vida como antes.



Como en aquel tiempo en que, juntos,

acariciábamos el cielo.

(c) Isidro R. Ayestarán, MMXV

ESPERA

Aún aguardo al verso certero, 
aquel que recitaría en la noche 
refugiándome en tu regazo, 
fundido a tu cuerpo.

Aún miro el folio en blanco 
que anhela, silente, el 
baile de mis dedos, deslizantes 
sobre mis sueños.

Trémulo el deseo, 
viva aún la qimera, 
pero frío el recuerdo de un beso.

Lejano cuerpo entre mis sábanas, 
soledad de letras aún no escritas, 
musitadas, apagadas en su espera.
(c) Isidro R. Ayestarán
De cuando quise acariciar el cielo con mis propias manos.

ACARICIANDO EL CIELO - Rauda

"Él ya no irá a verte esta noche al teatro, y su butaca de siempre permanecerá vacía, sin esa luz de estrellas que te prometió muchas otras noches atrás, cuando no existán las prisas, el silencio, el vértigo... Ni los GRITOS ni las lás lágrimas que arroja el cielo cuando las nubes se ponen a llorar amores perdidos"

ACARICIANDO EL CIELO - Sin red y Volar

Apoteosis final en la gala del RVBICON del pasado domingo 29 de noviembre.
"Vosotros también tenéis alas para volar, para pensar, para vivir, para sentir... No permitáis que os las corten y alzad el vuelo, alto, muy alto".

ACARICIANDO EL CIELO - EL vagabundo y la saeta

Fragmento de la versión teatral en Sala de tres Teatro (Santander) que incluye los poemas "El vagabundo" y "La saeta del Poeta Solitario", dos de los poemas que hablan "desde dentro", desde la soledad del camerino y la de la hoja en blanco, la indiferencia y las zancadillas en el mundo de la literatura y el teatro.

"Con pasos desmadejados, de farola en farola, brincanco para evitar los charcos de soledad, huyendo de esa sombra que te persigue en la pared, sin compás, patético reflejo de lo que fuiste tiempo atrás. La estrella de un cabaret, el maestro de ceremonias tras un telón de acero hilvanado a base de sentimientos y de un amor marchito que partió lejos, más allá de las candilejas, hacia esa otra orilla donde no se pone el sol".

ACARICIANDO EL CIELO - Un mundo en venta



"Un mundo en venta", uno de los temas más cabareteros de todo el espectáculo representado el día 29 de noviembre en el mítico Rvbicon de Santander, interpretado al son del tema principal de la película de Luis G. Berlanga "Plácido", compuesto por Miguel Asins Arbó:

Se vende rayo de sol

al mejor postor,

no hace falta cualificación

alguna, ni que extienda el cheque

con determinada genuflexión,

eso sí, al portador,

que los nominativos son fácilmente

reconocibles y pueden decolorar

el fraude más allá de la sonrisa profidén.

¡¡¡Por favor!!!



Se vende estación de tren

con andén cubierto,

climatizada, raíles a estrenar,

hilo musical cada diez metros,

zona de fumadores, de corruptos,

zona vip para trajes y corbata y

chinchetas en el suelo por si a alguno

se le ocurre pedir limosna en estos tiempos

de desenfreno monetario.

¡¡¡Qué atrevimiento!!!

Compañías telefónicas, cadenas de comida

basura, y esa gran locura parlamentaria

a cambio de escaño perpetuo…

¡¡¡Comiencen a pujar!!!



Se venden ideas políticas con

banda sonora, panfleto en papel

reciclado – que está muy de moda –

y un futuro prometedor tras las

barricadas del patio de los leones,

donde los unos y los otros

se frotan las manos con el jabón

y la vaselina aportada por la ciudadanía.

Eterna historia de arriba y abajo,

en que la pana de un uniforme

acaba con firma de diseñador italiano,

manicura, pedicura y supositorio

para olvidar las locas ideas adolescentes,

cuando, inconscientes, se juraban no

poner freno a eso de comerse el mundo.

¡¡¡Quién te ha visto…!!!



Ay, mundo, que te pones en venta.

Ay, mundo, que nada se regala ya

en un enorme anuncio por palabras

a riñón el vocablo elaborado,

de esos que se resaltan en negro

subrayado, a modo de epitafio evocado

en enciclopedias, wikipedia,

humo de avioneta en el cielo,

pintada en una tapia derruida,

código de barras codificado o de mil y una

maneras distintas, diversas pero todas similares.



Ay, mundo, que te pones en venta.

Ay, mundo, que nada se regala ya.

(c) Isidro R. Ayestarán


ACARICIANDO EL CIELO - La femme de la nuit

La historia de Lamento, vieja prostituta de Madrid que murió en un portal, sola y abandonada.
"Como un cuadro de Hopper, como un acorde de blues... como un paso de tango mal dado en cada latido de su corazón".

... y hoy, ACARICIANDO EL CIELO en el RVBICON

Hoy, el mítico RVBICON de la calle del Sol, en Santander, acoge mi espectáculo ACARICIANDO EL CIELO, una gala poético-cabaretera donde, con estética decimonónica, y al ritmo de arias de ópera, saetas y grandes temas de la historia del cine, un maestro de ceremonias nostálgico y solitario contará historias de perdedores y fracasados, analizando la sociedad de hoy día desde el prisma del drama, la picardía, la socarronería, la chispa escénica y su mano tendida, en forma de huída, hacia lo más profundo del espectador.
Os esperamos.

VOLAR SIN RED

Fragmento del montaje escénico ACARIANDO EL CIELO, estrenado el pasado 19 de noviembre en Sala de tres Teatro (Santander), basado e inspirado en mi último trabajo poético "De cuando quise acariciar el cielo con mis propias manos".
Una colección de pequeñas historias sobre fracasados y perdedores recitadas por un rapsoda que vive en una continua pesadilla adulta, ajena a la sonrisa de una infancia que acaba de enterrar.

"Siempre quise volar, alto, muy alto, con la curiosidad de un niño siempre a punto, traspasando sendas de nubes a modo de maratón kilométrico sin importar el destino. Tan sólo volar y llegar a alguna parte, acariciar el cielo con mis propias manos por mucho que la vida se empeñara en romperme por dentro al intentarlo"


SÁCAME DE AQUÍ



Luces tenues alumbrando
mi callejón, el de los espejos
deformados de este rincón
oscuro en el que me enclaustraron
con voto de silencio.

Mudo ante los combates constantes
a los que me retaron dejándome exhausto,
vencido, sin fuerzas ni ganas por continuar
en este sendero carente de alma y sentido,
de una mirada ardiente que acierte
al convertirse en mi cómplice a la hora
de hacerme sentir vivo.

Sácame de aquí con tu luz cegadora,
con esa mano tendida convertida
en el deseo de huída hacia tus abrazos,
pronunciando tu nombre junto al mío
hacia la meta de ese horizonte donde
resucitan los amores perdidos.

Alúmbrame, sí. Conviértete en la brújula
que necesito para dejar de ser tu sombra
y sí una parte esencial de tu cuerpo.

Sácame de este callejón oscuro
en el que habito, torturado por
los golpes del destino y los besos
que nunca me dieron.

Sácame de aquí,
de la pesadilla de mi sueño.

Te necesito.

(c) Isidro R. Ayestarán
DE CUANDO QUISE ACARICIAR EL CIELO CON MIS PROPIAS MANOS

... y se levantó el telón en Sala de tres Teatro




Anoche se levantó el telón en Sala de tres Teatro (Tantín 7 - Santander) para acoger el estreno de la versión teatral de mi nuevo trabajo poético "De cuando quise acariciar el cielo con mis propias manos".
Con una estética decimonónica, y al ritmo de arias de ópera, saetas y música clásica, un maestro de ceremonias solitario comenzó a hilvanar historias de perdedores tras haber enterrado el cuerpo sin vida de la infancia y la inocencia en un mundo de constantes lágrimas, ajenas a la sonrisa esculpida en el rostro párvulo de una muñeca de trapo.
Con la representación de ayer, se dió el pistoletazo de salida para que ACARICIANDO EL CIELO comienze a girar, a volar alto, muy alto.

LA SAETA DEL POETA SOLITARIO



Madrugada santa de redobles sin saetas,

con el aroma del incienso confundiéndose con la certeza

de sentirse huérfano de editores para sus versos,

incapaz de resucitar de la mediocridad de sus textos,

cabalgando ante un Gran Poder con señorío y tronío

quebrando el silencio, faltando a la devoción y el respeto

de sus versos deshilachados.



Hoy es Viernes Santo,

y ahí va el Poeta Solitario,

el Rey de todas las madrugadas poéticas

con su poesía tosca clavada

en lo alto de su madero, crucificado por autores

disciplinados en ruedas de prensa manoseadas

sin la fragancia de los perdedores,

de esos que “comen hormigas agujereadas

como si fueran parte de un menú de varios tenedores.



Suenan los tambores lejanos,

muere de nuevo el galileo en una Pasión

de subvenciones pactadas y recortes obligados,

asfalto de sangre de penitencia, pero el rojo

también ha declinado ser parte del negocio necio

y abstracto de unos cuantos y se convierte en el lamento

ante una valla fronteriza, la cola del paro y la parodia

de los gobiernos cada cuatro años.



Saeta de una lágrima en una guerra inminente,

donde el Encuentro en un callejón angosto

se cruza con el fuego perpetuo de los

púlpitos y los atriles, donde las palabras

no tienen sentido ni avales, donde las semanas

de siete días no son santas sino putas indiscriminadas

en un ascenso a la cúspide más alta, donde no se invita

a los poetas de escenario a comulgar con los laureles

de alpaca en la columna dominical del periódico.



Hoy es Viernes Santo

y ni al Crucificado se le permite

pronunciar su Mandato último, su Palabra Eterna,

por lo que enmudece apagado ante los plañideros

que lo despojaron de su túnica en una suerte de

tómbola televisada.



Redoble de letras, madrugada santa

que acompaña a esa otra soledad

sacra de hojas en blanco que ansía unos

versos para sentirse viva, como si la vida dependiera

tan sólo de un poema.



Y qué sería de la vida si tan sólo dependiera

de un poema… aunque nunca tuviera premio.



¡¡Ahí va el Poeta Solitario!!

(c) Isidro R. Ayestarán
extractos del poema "Madrugada Santa de letras"