EL CABARET DEL VERSO
ISIDRO R. AYESTARÁN

(c) 2008 - 2020

Abandonado en la puerta de un camerino en un destartalado cabaret, fue educado por siete cómicos de la legua en las más variadas artes escénicas entre libretos teatrales, plumas de vedette, pelucas, tacones de aguja, luces de neón, cuplés, coplas, boleros, marionetas, carromatos, asfalto y un sinfín de desventuras que acabaron por convertirlo en un pseudo-escritor de relatos y poemas que recita por escenarios de más que dudosa reputación junto a los espíritus de Marlene Dietrich, Bette Davis y Sara Montiel, quienes lo acompañan desde niño en sus constantes viajes a ninguna parte.

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UN SEÑOR POETA


Ten cuidado, forastero, porque no sabes
con quién te estás metiendo.
¿Que quién soy yo? 
Soy tan solo un niño que ha crecido:

de la mano de mis padres los domingos;
de las de mis hermanos al salir del cine,
alzando la mano por ver quién era el primero
en querer ser el héroe de la peli
       a mí me toco siempre ser el malo –;
de las del colegio, el instituto y la facultad,
que me ayudaron a evadirme de la realidad,
deconstruida en rutina y hastío, gracias a asignaturas
que, con el tiempo, sé que no me sirvieron para nada;
de las del primer amor, que me enseñó que el corazón
hay veces que late a ritmo de hostias y desengaños;
de las del último amor, que me enseña que,
como una flor, hay que cuidarla y mimarla con esmero.

Pero, en el fondo, crecí a base de letras y de un sueño.
Por tanto, insisto, ten cuidado, forastero,
porque soy un niño que siempre quiso volar,
alto, muy alto, por encima de todo lo que alimenté en la infancia
– ¡¡me pido ser bandera en la cúspide de la montaña!! –,
volar con la curiosidad siempre a punto
como arma arrojadiza ante todo tipo de combate,
traspasando sendas de nubes a modo de maratón
kilométrico sin importar mucho el destino.

Volar, volar por encima de aquellos
que se proponen echar freno a los sueños 
– ¿Volar? –  rugen desde púlpitos y atriles –
con lo bien que se está con los pies sobre el suelo –,
Volar, si, coño, volar.

Pero has venido a por mí, y me has mirado
como a un bicho raro, me has estudiado,
me has analizado, me  has diseccionado;
Me has tratado peor que a una cuenta
en números rojos, como si yo fuera
una anciana a la que desahuciar
ante la indiferencia del gobierno
perdone usted, señor buitre usurero,
pero mi escasa pensión es para dar
de desayunar a mis nietos –.
(cuántas así).

Por tanto, te lo repito, ten cuidado porque,
en el fondo, soy un niño que creció
a base de sueños, a golpe de letras, como éstas.

Tú en tu parte de la acera, yo en la mía,
en el lateral se inicia la cuenta atrás para el disparo.
Yo sé muy bien quien eres.
Y yo, te avisé, te lo repito de manera certera,
te arrasaré con el fuego de mis versos porque
yo soy un niño que, entre sueños y letras,
se ha convertido en todo
un señor POETA.


(c) ISIDRO R. AYESTARÁN - para el combate final de la Poetry Slam 2018/19