EL CABARET DEL VERSO
ISIDRO R. AYESTARÁN

(c) 2008 - 2020

Abandonado en la puerta de un camerino en un destartalado cabaret, fue educado por siete cómicos de la legua en las más variadas artes escénicas entre libretos teatrales, plumas de vedette, pelucas, tacones de aguja, luces de neón, cuplés, coplas, boleros, marionetas, carromatos, asfalto y un sinfín de desventuras que acabaron por convertirlo en un pseudo-escritor de relatos y poemas que recita por escenarios de más que dudosa reputación junto a los espíritus de Marlene Dietrich, Bette Davis y Sara Montiel, quienes lo acompañan desde niño en sus constantes viajes a ninguna parte.

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CRÓNICA DEL AYUNTAMIENTO DE SANTOÑA

El rapsoda Isidro R. Ayestarán consiguió remover emociones la tarde del martes a los asistentes a su presentación. Su manera de recitar los versos influenciada por su trayectoria experimentada en los espectáculos de café teatro dejó a la Sala Víctor de los Ríos de la Casa de Cultura en el más sepulcral de los silencios. Logró sin duda trasladar a sus oyentes a las vidas de los personajes que sus poemas retratan.
Tras ser autor y protagonista de varios espectáculos poético-teatrales con su "Cabaret de los Sueños" y ser premiado con el Primer Premio del XVI Certamen Nacional de poesía Merche Lanza, el poeta santanderino Isidro R. Ayestarán se adentra en las historias de fracaso de multitud de personajes fabulando con las circunstancias de sus vidas en un derroche de sentimientos que buscan el retorno a la inocencia infantil frente a la cruda realidad adulta.
En el transcurso de la velada, el poeta rememoró cómo su abuela conoció a Miguel Hernández. “Mi abuela era de Cartagena y en la Guerra In-Civil, como son todas las guerras, se hizo dama de la Cruz Roja como única manera de volver a ver a sus seres queridos heridos o encarcelados aunque sólo fuese una vez”, ha explicado el rapsoda. “En su deambular por todo el sur curando enfermos, conoció a un hombre al que cuidó con el cariño de una abuela. En agradecimiento este señor le escribió unos versos que ella guardó siempre hasta que en las constantes mudanzas de la familia se perdieron finalmente. No sabéis lo que es para mí saber que aquel hombre era Miguel Hernández”, ha declarado emocionado Isidro R. Ayestarán.
El poeta ha analizado la sinrazón de la guerra, la miseria de quienes tienen que vivir en la calle, la tristeza de quien no pudo alcanzar sus sueños de infancia y los anhela. Dedica el libro a la difunta Ana Diosdado que participó en uno de los relatos que lo componen y evoca melancólicamente su infancia perdida.
El Ayuntamiento hizo entrega al poeta de unos libros pertenecientes al certamen literario Santoña... La Mar e invitó al celebre rapsoda a participar en el mismo. 

fuente:  http://www.santoña.es