Cuando el amor se desvanece, la poesía cae como una hoja en otoño, y el alma se convierte en una dama de negro que camina errante con su candelabro, con su luz tenue, con su corazón apagado...
Mi alma surca ahora un desierto de nubes, a la deriva, ya sin destino. Ignoro dónde me encuentro... Sólo sé, y a ciencia cierta, que esté donde esté, vaya donde vaya, desde esta distancia impuesta te sigo queriendo.
Mi alma surca ahora un desierto de nubes, a la deriva, ya sin destino. Ignoro dónde me encuentro... Sólo sé, y a ciencia cierta, que esté donde esté, vaya donde vaya, desde esta distancia impuesta te sigo queriendo.
(c) Isidro R. Ayestarán, MMX
texto extraído de mi nueva obra teatral CAFÉ NOCTURNO
fotografía: Maru Dañobeitia en "La princesa del recuerdo"
realizada en febrero 2008
texto extraído de mi nueva obra teatral CAFÉ NOCTURNO
fotografía: Maru Dañobeitia en "La princesa del recuerdo"
realizada en febrero 2008