EL CABARET DEL VERSO
ISIDRO R. AYESTARÁN

(c) 2008 - 2020

Abandonado en la puerta de un camerino en un destartalado cabaret, fue educado por siete cómicos de la legua en las más variadas artes escénicas entre libretos teatrales, plumas de vedette, pelucas, tacones de aguja, luces de neón, cuplés, coplas, boleros, marionetas, carromatos, asfalto y un sinfín de desventuras que acabaron por convertirlo en un pseudo-escritor de relatos y poemas que recita por escenarios de más que dudosa reputación junto a los espíritus de Marlene Dietrich, Bette Davis y Sara Montiel, quienes lo acompañan desde niño en sus constantes viajes a ninguna parte.

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CABARET en DOBLE ARTE






Los compases que Anton Karas compusiera para la pelícla "El tercer hombre", sirvieron para abrir fuego y levantar el telón de mi renovado CABARETdelosSUEÑOS en un abarrotado Café Doble Arte, que reventó con su casi centenar de espectadores.
"No me dejes con la mesa puesta" y el cabaretero "Campo de minas", dieron paso a la satírica historia de amor entre mi mano izquierda y yo, tras haberle sido infiel a la derecha, con el número "Reconciliación" al ritmo de "Raindrops keep falling on my head", de la película "Dos hombres y un destino". De ahi, "Lady Banshee", "Señorita metro y medio", "... Porque tú no estás" y el estreno de "Creer en ti" cerraron una primera parte que, una vez más, me sirvieron para reafirmarme en mi propósito de continuar mi carrera sobre los escenarios.

La interrupción de un telefono móvil para anunciar la llegada de las rebajas del número "Marujas superstar", sirvió para introducir la parte seria y comprometida de todo el show, con varios números nuevos que hablan de la soledad y los perdedores, desde una óptica urbana de spaguetti-western: "Balas sobre mundo street" y "Dónde fueron las flores".

Para finalizar, "Trovador de Madrugada" iba de la mano del solicitado "Blues del asfalto" (inevitable en todos mis espectáculos", que, al ritmo de las músicas de Bruce Springsteen y Clint Eastwood, dieron pie al "Moonriver" de Blake Edwards y el mítico "My way" que inmortalizara Frank Sinatra para mis versos de "Disoluta Colombina".

Fue un show apoteósico, tanto por el numeroso público, que aplaudió mis viejos y reformados números y se mostró entusiasta con los nuevos, como por toda la calidez que recibí la noche del viernes 5 de marzo. Y me sirvieron, también, para conocer a Carmen, la dueña del Café Doble Arte, donde espero volver a interpretar mi Cabaret... y/o disfrutar de sus actuaciones quincenales.
Y como no podía ser de otra manera, mi amigos Manu y Soledad Bezanilla fueron los responsable de las maravillosas fotografías del show, otra vez con su objetivo certero a punto.

Mil gracias a todos.


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