EL CABARET DEL VERSO
ISIDRO R. AYESTARÁN

(c) 2008 - 2020

Abandonado en la puerta de un camerino en un destartalado cabaret, fue educado por siete cómicos de la legua en las más variadas artes escénicas entre libretos teatrales, plumas de vedette, pelucas, tacones de aguja, luces de neón, cuplés, coplas, boleros, marionetas, carromatos, asfalto y un sinfín de desventuras que acabaron por convertirlo en un pseudo-escritor de relatos y poemas que recita por escenarios de más que dudosa reputación junto a los espíritus de Marlene Dietrich, Bette Davis y Sara Montiel, quienes lo acompañan desde niño en sus constantes viajes a ninguna parte.

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... SIEMPRE QUISO SER ARTISTA


Surca mil senderos de asfalto
a la caza de un escenario

donde actuar, interpretar

los personajes que él inventa

de su puño, de su letra,

para, así, su sueño alcanzar:

triunfar en un teatro

porque siempre quiso ser ARTISTA.


Llamando a mil puertas

a la caza de una respuesta certera

que le levante de par en par

el telón sobre la escena.


"Mire usted, señor empresario,

que ya sé que no tengo un buen
par de tetas, pero sí la lengua muy suelta,
y verá usted cómo consigo deleitar
a su público, que ojalá
también fuera el mío en esta noche,
y en la que sigue...


Para, así, mi sueño alcanzar:
triunfar en un teatro
porque siempre quise ser ARTISTA".


Llenar con su nombre todos los teatros,

haciendo reír, llorar, soñar, sentir...

levantando el telón en el asfalto

de la gran avenida de los escenarios,

porque siempre quiso ser ARTISTA.


(c) Isidro R. Ayestarán, MMXI
fotografía: Patricia Gómez de la Casa