Surcos de música en el viejo vinilo,
pequeñas motas de polvo a ritmo de blues,
serenata a la luz de la luna en los balcones
iluminados de las ilusiones nocturnas…
El baile coreografiado por el artista bohemio
de la cara blanca y el corazón aún sin pintar,
las manos entrelazadas como título a la obra
maestra resaltada en tu mirada…
Querer ver la vida a través de tus sueños,
estrecharte en mi regazo y respirar junto a
tu manera de respirar, y sentir… Sentir que vivimos
este idilio con aroma a quimera deseada. Sí…
Y deleitarnos, tú y yo, bajo el ritmo de las cuerdas
que sostienen el mundo resquebrajado
de los amantes tristes que esperan un final incierto,
entre la nebulosa fabricada a base de lágrimas…
Un punteo en mi vieja guitarra,
unas notas en mi pentagrama,
y un violín a lo lejos…
Las armas del trovador amante
que se muere por que vuelvas al sendero
de las baldosas doradas,
al arco iris de nuestra bandera,
al sello de una historia de amor verdadero
entre las nubes de los ángeles que sostienen,
una vez más, las miradas inciertas
de los silencios perpetrados por el miedo
a un volver a empezar.
Y sentir que llegas bajo el resplandor de la luna,
esa luz envuelta en la caricia que le dicté al viento
para que te trajera de nuevo a iluminar mi alma,
a que mataras la soledad de mi cuerpo
con la fragancia del aroma de un beso
certero… una vez más.
Una vez más… Tú y yo.
pequeñas motas de polvo a ritmo de blues,
serenata a la luz de la luna en los balcones
iluminados de las ilusiones nocturnas…
El baile coreografiado por el artista bohemio
de la cara blanca y el corazón aún sin pintar,
las manos entrelazadas como título a la obra
maestra resaltada en tu mirada…
Querer ver la vida a través de tus sueños,
estrecharte en mi regazo y respirar junto a
tu manera de respirar, y sentir… Sentir que vivimos
este idilio con aroma a quimera deseada. Sí…
Y deleitarnos, tú y yo, bajo el ritmo de las cuerdas
que sostienen el mundo resquebrajado
de los amantes tristes que esperan un final incierto,
entre la nebulosa fabricada a base de lágrimas…
Un punteo en mi vieja guitarra,
unas notas en mi pentagrama,
y un violín a lo lejos…
Las armas del trovador amante
que se muere por que vuelvas al sendero
de las baldosas doradas,
al arco iris de nuestra bandera,
al sello de una historia de amor verdadero
entre las nubes de los ángeles que sostienen,
una vez más, las miradas inciertas
de los silencios perpetrados por el miedo
a un volver a empezar.
Y sentir que llegas bajo el resplandor de la luna,
esa luz envuelta en la caricia que le dicté al viento
para que te trajera de nuevo a iluminar mi alma,
a que mataras la soledad de mi cuerpo
con la fragancia del aroma de un beso
certero… una vez más.
Una vez más… Tú y yo.
(c) ISIDRO R. AYESTARAN, 2009
1 comentario:
Gracias, muchas gracias por tomarme un poco de tiempo en leerme.
Te agradesco tu comentario, intentare leerte y tratar de comprenderte a traves de tus escritos.
Creo que voy a disfrutar mucho de ello.
Gracias nuevamente.
un abrazo.
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